lunes, 30 de mayo de 2011

2.-Innovar para diversificar y favorecer el aprendizaje histórico mediante entornos virtuales (Extracto)

En el estudio de la Historia pretende la formación social o acercarse a ella como un objeto de estudio científico, varían las estrategias, métodos y técnicas educativas o en los ámbitos no formales e informales.
Entre las formas tradicionales de enseñar historia están las siguientes:
   1.- El anecdotismo: Presenta una atención especial y exagerada en las acciones de la vida cotidiana en cuanto a su importancia y trascendencia histórica.
  2.-El heroicismo, propio de la educación básica y los discursos políticos, en el afán de poner prototipos de comportamientos, que si bien pueden cumplir con la función de dotar ejemplos de valores cívicos y patrióticos.
 3.-Las efemérides: Historia a través de conmemoraciones sociales de diversa índole, sean patrióticas, religiosas o de la sociedad civil.
 4.-El dogmatismo, creencias y tradiciones usualmente propiciadas por quienes ejercen el poder, que no admiten dudas u objeciones sobre lo que se consideran verdades absolutas.
 5.-El privilegio del verbalismo se caracteriza por la ausencia de recursos para el aprendizaje más allá de la palabra.
 6.-El maniqueísmo: Prejuzgar y clasificar a los personajes históricos entre buenos y malos, lo que impide realizar análisis críticos y objetivos.
 7.-Cronologismo: Ayuda a ordenar los acontecimientos de la historia y  la posible relación causa-efecto, aunque se corre el riesgo de ofrecer estudios demasiados linease y de pretender que el acontecer histórico quepa en  esquemas rígidos e iguales para todos.

La historia ¿para qué?

La difusión y enseñanza de la Historia suele utilizarse para fortalecer  la cohesión social, el logro de consensos o la justificación del sistema y de quienes ejercen el poder, es posible que vean a la Historia como un instrumento para la formación nacionalista o la educación para la paz, la convivencia, la democracia  y la vida ciudadana.

El aprendizaje puede ayudar a reflexionar sobre la toma de decisiones en distintos ámbitos y niveles, desde el actuar cotidiano como ciudadanos. Así mismo, hay que tener claro el modelo educativo que orienta el trabajo docente, con su orientación social, fundamentación filosófica y bases científicas; bases que pueden tener orientaciones de diversas índoles como cognoscitivistas, constructivistas y socioculturales.

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